Foto: metrolatam.com
“Su competencia es obra mía: su actividad bien ordenada me ha permitido dedicarme a otras cosas. Me permitirá, sin demasiada inquietud, ausentarme en la muerte”. MEMORIAS DE ADRIANO. Marguerite Yourcenar.
He intentado
encontrar opiniones que hagan alusión a una auto crítica seria acerca de lo que
está sucediendo con el Movimiento Alianza País y concretamente, con el ex
presidente Rafael Correa ya que es muy llamativo tanto para propios y extraños
que, luego de más de diez años de estabilidad democrática, de haber ganado más
de ocho elecciones consecutivas, de monumentales obras a favor de los más
necesitados, los resultados de la consulta no fueron los que debían ser y lo que
es más llamativo, de la fuerte división interna por parte de los militantes de
Alianza País haciendo que se conviertan en enemigos irreconciliables,
prácticamente entre aquellos que formaron parte de su gobierno en puestos
claves.
Fuera de los
pocos análisis sesgados de la prensa comercial, apenas encontré uno en la
página de Facebook de la señora Patricia de la Torre Arauz donde hace una excelente exposición
de lo sucedido en estos últimos meses con el movimiento y sus líderes, aunque
en sus conclusiones finales debo manifestar no estar del todo de acuerdo puesto
que, si bien reconoce se descuidó a las organizaciones civiles sin darles
oportunidad de formarse política e ideológicamente, prácticamente carga con la
responsabilidad al ex presidente y sus gobernados, situándolos como los únicos
actores de este confuso entramado.
Considero
necesaria una auto crítica en estos momentos porque, primeramente, existe hasta
un principio físico que dice que nada es absoluto y más bien todo es relativo, con
lo cual, pese a haber sido un buen gobierno, también tendría muchos defectos y
luego, es necesaria una objetiva evaluación de lo que ha sucedido para evitar
cometer errores en el futuro que, como hemos visto, ha pasado factura con imprevisibles
consecuencias para todo un país.
Dentro de mi
modesta opinión, por supuesto, considero dos las razones que han llevado a lo
mencionado en el primer párrafo ya que, si bien Rafael Correa ha sido y es un
líder indiscutible, por otro lado, ha fallado en el no haber sabido DELEGAR
LIDERAZGOS, algo importantísimo en un gobierno puesto que, éste es como una
gran empresa que requería una adecuada administración de los recursos humanos,
de tal manera que no se trataba solamente del trabajo de los ministros y
secretarios en sus diversas áreas, sino del fomento de líderes políticos que se
encargarían de mantener las bases del movimiento de tal manera que en momentos
crisis, se mantenga fuerte, cohesionado y que perdure en el tiempo y no, lo que
ha sucedido, que un grupo -que no es cualquiera ya que son asambleístas,
ministros o sea gente que ha ocupado y ocupa cargos importantes-, haya
abandonado el movimiento y se haya trasladado hacia el lado contrario.
Alguien
decía que estos funcionarios no son traicioneros sino tránsfugas y aquello,
todavía es más censurable, ya que es rarísimo que alguien traicione su partido
y sus ideales. Aquí en España se han dado casos tan aislados, que son fáciles
de recordar como el de los dos famosos tránsfugas que permitieron el
nombramiento de Esperanza Aguirre como alcaldesa de Madrid en el año 2003, al requerirse
la mitad más uno de los votos, inclinándose por causa de un solo voto y de esos
trá nsfugas, la balanza en favor de la ya ex alcaldesa.
Y ya que
hablamos del caso español, aquí en España, tanto los partidos de gobierno como
los de oposición, lo primero que hacen es delegar liderazgos ya que su líder NO
PUEDE ABARCARLO TODO. Son los que popularmente se los conoce como los
“Barones”, los mismos que son los militantes más destacados, más carismáticos,
preparados, leales y consecuentes de cada región autónoma y que perduran en el
tiempo, es decir, cuanto son gobierno y cuando son oposición. Entre algunos de
ellos, saldrá seguramente el que será el próximo candidato a presidente de
gobierno. Lo más parecido que he visto de ello en Ecuador, ha sido con el
partido Social Cristiano.
Algunas famosas
escuelas de negocios, al ser, como decía, un gobierno como una gran empresa,
ponen como ejemplo de esta forma de delegar liderazgos, el caso del gran
explorador de principios del siglo XX, Shackleton, que ya lo he mencionado en
este blog, quien supo gestionar el recurso humano ante situaciones adversas,
como cuando se hundió el “Endurance” salvando la vida de todos sus tripulantes,
en medio de la nieve y las adversidades propias del polo sur, siendo la
delegación más llamativa, la que le encargó al más problemático de todos ellos,
quien precisamente cuidó del grupo que se quedó hasta que vuelva Shackleton, al
cabo de algunos meses, con el equipo de rescate.
La razón por
la que tal vez Correa falló en este punto sería porque, cuando escuchaba hace
muchos años una entrevista que le hicieron a él y su familia en la campaña para
ser presidente por primera vez, su esposa comentaba que ella trataba de
disuadirle en sus pretensiones, porque le parecía imposible hasta utópico
cambiar el Ecuador y sin embargo Correa, se sentía convencido que él lograría por
lo que, al tenerlo tan claro y estar sumamente motivado, personalmente quiso
constatar de primera mano cómo marchaba su gobierno, movilizándose a todas las
provincias, a todos los lugares donde había obra, incluso llamando la atención
a los malos funcionarios y comunicando e informando en las llamadas “Sabatinas”
toda su gestión, que prácticamente pasó poco en el palacio de gobierno y que
sin embargo, estamos viendo que de poco ha servido todo ello para conservar su
legado.
Por otro lado
y también relacionado, sería causa también del fracaso de la consulta y de la
división del movimiento, la forma en que se designaban los diversos cargos
políticos que, estoy segura, en ello radica marcadamente del porqué ese 65% de la
población aceptó aliarse con vergonzosos representantes del pasado ya que, de
esta manera y según me han comentado conocidos y a través de las redes sociales,
expresaba su enfado ante lo que se pregonaba y lo que se hacía, al considerar que
mucha gente cuestionada llegó a ocupar cargos importantes, con excepciones
claro está, de gente verdaderamente comprometida con sus ideales, con brillantes
currículums y trayectorias de muchos años al servicio de los más desfavorecidos,
quienes ejercieron de manera honesta y profesional sus funciones y que en mucho
de los casos, tuvieron que golpear antes varias puertas para tener la
oportunidad de poder servir a la gente, enfrentándose con un muro infranqueable
de poder y libertad para hacer y deshacer lo que se le venía en gana. Como
decía, gente designada a dedo, sea por familiaridad o compadrazgo, incluso venida
de otros partidos y que luego hacía alarde de su ineptitud y su falta de
conocimiento de la agenda a llevar, presumiendo de sus contactos como se hacía antaño
y que, por lo mismo, se sintieron propietarios de un proceso que costó mucho
levantarlo y al que lo mancillaron con sus actitudes.
He tenido la
oportunidad de leer entrevistas a personajes importantes de las ciencias, las
artes, la política, la administración tanto de Europa como de EEUU, que luego
de un excelente trabajo en sus ámbitos, recibía la inesperada llamada del
presidente de Francia, de Alemania o de EEUU, invitándole a formar parte de sus
gobiernos como una contribución en sus respectivas áreas al desarrollo de sus respectivos
países. Me pregunto, ¿habrá sucedido aquello en Ecuador?, porque, de lo que yo
recuerdo, la imagen que tengo de que aquello es que no es así, ya que durante
los primeros días de gobierno de Bucaram por ejemplo, solían cientos de
personas agolparse frente a las puertas de la presidencia con carpetas en mano
“exigiendo” un cargo en el gobierno. De esa manera se daban los cargos y me
temo, aunque no con tanto espectáculo como en la época de Bucaram, igual ha seguido
siendo la tónica.
Espero que
algún día no muy lejano, la gente de gran valía, con impecable trayectoria, con
experiencia en lo suyo, reciba también la llamada del presidente de turno para
que contribuya a formar el mejor país que todos anhelamos y que la formación de
líderes comprometidos con sus ideales y con la patria, no den paso los
tránsfugas de turno.
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