Foto: elconfidencial.com
Es frecuente escuchar dentro de nuestros países
latinoamericanos, las fervientes defensas en favor del neoliberalismo por parte
de quienes abogan para que se den todas las facilidades a los inversores
extranjeros so pretexto que crearán empleo y riqueza, aunque ello vaya contra
las leyes y la dignidad de nuestros países.
Por ello es que, seguí con especial interés los pormenores
de la compra del emblemático edificio “España” de Madrid por parte del grupo
chino “Wanda”, el mismo que fue construido en el año 1948 por la Inmobiliaria
Metropolitana y luego adquirido por el grupo Banco Santander, constituyéndose
el primer rascacielos construido en España.
En efecto, todo empezó cuando el grupo “Wanda”, presidido
por el millonario Wang Jianlin 18ª fortuna mundial según la revista Forbes,
realizó en junio del 2014 la compra del edificio al grupo Banco Santander, por
el valor de 265 millones de euros.
Parecía una buena inversión ya que la idea era hacer un
hotel y apartamentos de lujo además de, un centro comercial, justamente en el
corazón de Madrid, al término de la emblemática Gran Vía y en plena Plaza
España, aquel donde se encuentra el monumento a don Quijote y Sancho Panza.
El problema surgió cuando, el grupo “Wanda” luego de la compra
del edificio, intenta derribar todo el edificio y volver a reconstruirlo con la
misma fachada, sin haber contado (o tal vez, sin haber sido informado
adecuadamente) que es un edificio considerado patrimonio histórico-artístico
protegido de la ciudad y que, pese a algunos estudios técnicos que lo avalaban,
las leyes de protección son muy rigurosas en dicho aspecto, por lo que hizo prácticamente
inviable su plan.
Al intentar negociar durante dos años, un cambio o una
flexibilidad de las leyes, considerando los planes del edificio luego de la
importante inversion realizada, “Wanda” se topa además, con una
verdadera tormenta política con dimes y diretes por parte de antigua y actual
administración, ya que, el anterior dueño es decir, el Grupo Banco Santander
luego de 10 años de parálisis en su proyecto también, de construir un hotel de
lujo, solicita rebajar el grado de riesgo del edificio y el ayuntamiento, a
través de la Comisión Local de Patrimonio presidido por el Partido Popular,
concede dicha autorización para su rehabilitación, con la condición que se
mantengan las partes de interés arquitectónico y artístico, que en este caso
serían la fachada y las partes laterales.
Sin embargo y ya, durante el gobierno de Manuela Carmena de
Ahora Madrid, “Wanda” persiste en su pedido, alegando que era inviable echarlo
abajo sin tener que desmontar todo el edificio por lo que, pese a que hubo luego
una mediación para resolver el problema, al final decide abandonar el proyecto y poner a la
venta el edificio, logrando hacerlo por un precio más alto del que compró, pero
que resultó finalmente a pérdida ya que, al hacerlo por 272 millones, la
depreciación del euro y el fortalecimiento del yuan, hace que se traduzca en
una pérdida de al menos 26 millones de dólares.
Pero la historia del edificio no termina allí, puesto que el
tema va tomando visos de espectacularidad. El mismo día que “Wanda” vende el
edifico al grupo murciano “Baraka”, a las pocas horas éste último, lo vuelve a
vender a la cadena hotelera mallorquina “Riu” revelando solamente que, entre la
compra y reforma del edificio invertirán casi 400 millones de euros para
convertirlo en un hotel cuatro estrellas mientras que el grupo “Baraka” se
quedaría con el control del centro comercial.
Han pasado los meses y al parecer, se sigue invirtiendo en
Madrid sin ningún problema, solamente que, luego de esta experiencia, se lo
pensarán bien ya que, por más extranjeros que sean, no pueden saltarse las
leyes y siempre primará el interés patrimonial, histórico o lo que sea de un país
y de una ciudad como en este caso en particular.
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