martes, 7 de diciembre de 2010

LOS WUAORANI, PUEBLO INCONTACTADO CON LA CIVILIZACION


Beba Enomenga, mujer waorani de la comunidad de Keweriono. Foto: María Belén J.

Selva ecuatoriana. Foto: María Belén J.

Sin duda el Ecuador contiene una gran diversidad de culturas, pueblos y etnias que lamentablemente son desconocidos incluso por sus mismos habitantes, entre los que me encuentro yo misma, hecho que ha permitido que no se valore en su real dimensión la gran riqueza cultural que poseemos. Dentro de los grupos indígenas se encuentran los wuaorani, del cual haré un pequeño resumen sobre ellos, gracias a la información que me ha proporcionado mi prima María Belén, que es una mujer comprometida con la causa de este grupo y su problemática.
Los wuaorani, (“Huao” significa persona), llamados también huaorani, auishiri, auca y huao, son un pueblo indígena de unas dos mil personas, con un dialecto propio, que habita en el Parque Yasuní de la amazonía del Ecuador. Esta área de selva tiene aproximadamente 30 mil Km2 y se constituye en una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta.
En los wuaorani es notable su detallado conocimiento de la geografía y la ecología. Su almacén de conocimientos botánicos es extenso e incluye venenos, alucinógenos y medicinas. Una de sus habilidades más llamativas es la extracción del curare, una neurotoxina potente, para su uso en dardos de cerbatanas para la caza y la guerra. Son cazadores de animales, además de pescadores y cultivadores de la yuca, actividades muy importantes para completar su dieta.
Para la cosmovisión wuaorani no hay distinción entre el mundo físico y el mundo espiritual. La selva es la base esencial de su supervivencia física y cultural. Creen que alguna vez el mundo entero fue un bosque ömë y por ello, el bosque es la casa que les ofrece la protección contra la brujería y los ataques de la gente vecina, no wuaorani.
Los wuaorani creen que los animales de su bosque tienen espíritu. La caza es de gran significación cultural para el wuaorani. Para contrapesar la ofensa de la caza, un chamán demuestra su respeto a través de la preparación ritual del curare a usarse en los dardos. La caza con tales dardos no se considera matar, sino recuperación, cosecha de los árboles
De enero a marzo, el bosque está lleno de fruta y de otras plantas comestibles, por lo que es la ocasión perfecta para celebrar la "fiesta de la chonta" que es muy famosa; ocasión que también es precisa para la celebración de los matrimonios, donde los participantes toman a los novios por sorpresa, los llevan a una hamaca y los echan juntos; entonces ellos, envuelven los brazos de cada uno alrededor del otro. Esta ceremonia de la boda tradicional, expresa el deseo profundo del wuaorani de vivir en armonía en un lugar bonito y pacífico.
Los wuaorani fueron los últimos indígenas en conservar intactos sus orígenes ancestrales después de la conquista española en el siglo XIV, que ocasionó la muerte de un millón de nativos en la parte Andina de Sudamérica. Hasta hace 50 años su tribu se conservaba libre de todo contacto con la civilización occidental a fuerza de una temeridad que mantuvo en jaque a pueblos mucho más numerosos, hacendados, militares, misioneros, al mismo gobierno ecuatoriano y a las todopoderosas empresas petroleras.
Pese a esta resistencia, no pudieron evitar que las prácticas ilegales de registros de tierras, los conflictos provocados por el pago de indemnizaciones a afectados por los derrames petroleros, la represión por parte de las compañías petroleras para someter la voluntad de las comunidades, las diversas estrategias empleadas por los funcionarios de estas compañías para conseguir la autorización de ingreso a las comunidades, el desprestigio de los dirigentes, los intentos de soborno, la división de comunidades u organizaciones, hayan provocado graves impactos en el pueblo, irrumpiendo y distorsionando totalmente su vida comunitaria que provocaron conflictos sociales como aumento de la violencia, alcoholismo, acoso sexual a las mujeres, prostitución, descomposición familiar e inseguridad.
Además, tampoco pudieron evitar impactos en su salud como el contagio de enfermedades nuevas (Hepatitis B y C, sífilis) y los efectos de la contaminación, que implicaron también la muerte de animales domésticos por la ingesta de las aguas contaminadas o accidentes en las instalaciones petroleras.
Afortunadamente, debido a la presión de los grupos ecologistas, asociaciones indígenas y los mismos wuaorani, en 1990, éstos lograron el reconocimiento de su propiedad colectiva sobre una reserva indígena de 6.125,6 km², que les permitiría una existencia semi-autónoma.El título sobre estas tierras, no se extiende a los minerales subsuelo y excluye por tanto los yacimientos de petróleo.
Actualmente se ha tomado mas conciencia de esta problemática, por lo que el Gobierno del Ecuador, ha propuesto al mundo, un nuevo modelo basado en el reconocimiento de los derechos de la naturaleza. Un ejemplo de esto es la Iniciativa Yasuni ITT, la cual pretende dejar el petróleo bajo la tierra en el Parque Nacional Yasuní, a cambio del reconocimiento del mundo y su aporte económico para la extracción. De esta manera, sin duda estos pueblos ancestrales permanecerán para siempre, en armoniosa convivencia con sus bosques que desde siempre les ha pertenecido.

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