Es triste que patrimonios culturales e históricos de un país se pierdan o sean sustraídas por personas que persiguen solamente intereses económicos o personales.
Menos mal que también existen personas que son conscientes del valor que estos patrimonios representan para un país y que por lo mismo trabajan con ahínco para devolver lo que legalmente le pertenece a toda una sociedad.
Y esto es lo que ha sucedido durante estos últimos meses con tres sonados casos, donde el Estado Español ha logrado recuperar patrimonios artísticos culturales de incalculable valor que parecían ya perdidos y que fue novedoso para mí constatar, cómo se movió todo el aparato humano, técnico, diplomático y hasta político necesario, para recuperar dichas obras.
Por ello me voy a referir uno a uno, cuyas historias bien podían ser argumentos para apasionantes novelas que aún así, no superarían la realidad.
1.- EL TESORO DEL NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES
Todo empezó en 1804, cuando la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes recibió un cañonazo por parte de un buque inglés, frente a las costas de Algarve-Portugal, desatándote por ello una declaración de guerra por parte de España a Inglaterra, quien hasta entonces se había mantenido neutral en la guerra Inglaterra-Francia . La Fragata naufragó y con ello un valioso tesoro en los que se incluían casi 600.000 monedas de oro y plata acuñadas en Bolivia, Chile y Perú.
Doscientos años después, esta Fragata con su tesoro calculado en 500 millones de euros, es descubierta por una empresa cazatesoros llamada" Odissey" que filma el descubrimiento y lo expone al mundo. En un principio la empresa se niega a decir de que buque se trata y donde se lo halló. España cae en cuenta que a todas luces es el Nuestra Señora de las Mercedes y reclama para sí, el contenido íntegro del tesoro.
"Odissey" se niega a devolverlo aduciendo una Ley del Almirantazgo, que reconoce que cualquier rescatador, se convierte en propietario de lo que se encuentre en el mar, si se prueba que ha sido abandonado por sus propietarios. Se entabla entonces una dura batalla legal durante tres años ante los tribunales de los EEUU, país donde fue llevado el tesoro, provocando que al final se dé la razón a España y exigiendo sea devuelto lo que le pertenece. Las razones aducidas por el Tribunal Tribunal de Tampa (Florida) el 22 de diciembre de 2009, son que la empresa no cumplió con los protocolos de búsquedas arqueológicos exigidos por España, además que el Nuestra Señora de las Mercedes era un barco de guerra y por tanto patrimonio histórico español y no un barco comercial como pretendían hacer creer los cazatesoros.
Detrás de este éxito legal se encontraron investigadores, archivadores, historiadores, abogados y diplomáticos y fundamentalmente, el valioso testimonio de una investigadora canadiense quien previamente había sido contratada por el "Odissey" para que aporte datos de buques hundidos españoles, y que dio la voz de alarma que podría ser el buque español Nuestra Señora de las Mercedes, el que había sido encontrado por los cazatesoros.
El 25 de febrero de este año aterrizaron solemnemente en la base de Torrejón, dos aviones Hércules del Ejército del Aire, llevando el valioso tesoro con fuertes medidas de seguridad y depositadas luego en la Secretaría de Cultura en Madrid.
Al momento muchos reclaman su parte del tesoro. Países latinoamericanos entre los que se incluye Ecuador, ciudades españolas e incluso descendientes de los que viajaban en aquel barco, estos últimos al parecer ya no tendrían derecho porque en su época fueron indemnizados. Los únicos que no reclaman el valor material son los descendientes del comandante de la Fragata, Diego de Alvear y Ponce de León quien piden que se reenvindique la importancia de la figura de su antepadado y que el tesoro sea expuesto en su pueblo, Montilla.
Por lo visto, el gobierno será el que tenga que tomar una decisión salomónica, para contentar a todos reclamantes.
NOTA: La siguiente semana 2da parte con otras dos historias apasionantes.
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