viernes, 30 de agosto de 2013

PAE, Una fundación que se preocupa por los animales





Siempre he creído que los que engrandecen a un país son sin duda, la gente de a pie. Aquella  gente que con su trabajo diario ayuda a que el mundo y en concreto Ecuador sea grande y se destaque principalmente por el buen corazón de la mayoría de su gente y por el trabajo bien hecho.

Esto es lo que ocurre con la gente del PAE, Fundación Protección Animal Ecuador, que son un grupo de personas que trabajan sin descanso para promover la protección y el bienestar animal y por consiguiente la felicidad y la compañía de quienes los adoptan.

La Fundación se creó bajo la figura de una Asociación cuyo nombre original fue AEDA (Asociación Ecuatoriana Defensora de Animales) en el año 1984, gracias a un grupo de soñadores cuyo interés común era su amor por los animales y quienes consideraron que no debían ser indiferentes al sufrimiento y abuso de otros seres humanos que de manera voluntaria o involuntaria,  infringen a los animales. 

La Fundación despertó mi interés en particular al adherirme voluntariamentr a su página en Facebook, desde donde soy testigo día a día, de su lucha en favor de los animales de todo tipo, además de comprobar lo perfectamente organizados que son, con objetivos y líneas de trabajo claramente definidos, lo que redunda sin duda, en la efectividad de su trabajo. Es tan efectivo el trabajo que hacen que parece que nada queda al azar, ya que incluso la misma página de Facebook y de su página web, están meticulosamente llevadas, haciendo seguimientos de cada caso, compartiendo con alegría cuando han sido resueltos con éxito y cuando el animalito ya ha sido acogido temporal o definitivamente. Para ello publican fotos tiernas de los animales y de las maravillosas  personas que los han acogido, motivando de esta manera aún más a los adherentes, a sumarnos a su causa. Hasta en los nombres que escogen para los animalitos, se ve  la preocupación y el amor que ponen en su labor.

Lorena Bellolio, miembro de la Fundación, me cuenta que no reciben ninguna ayuda del Estado, por lo que hace que prácticamente tengan que autofinanciarse.  La adopción por ejemplo tiene un costo de  $ 20 ,00 (veinte dólares americanos) -  unos 15 euros aproximadamente -, valor que constituye un pago simbólico tomando en cuenta que a los animales los entregan desparasitados, vacunados y esterilizados. De esta manera garantizan además,  que el adoptante asuma su responsabilidad en el cuidado del animal.

A mi modo de ver, dichos costos se quedan cortos para la inmensa labor que realizan, ya que la mayoría de las veces, recogen principalmente perros y gatos abandonados, en estados calamitosos de salud, con fracturas, maltratados, malheridos y con traumas sicológicos por lo que requieren urgentemente de un tratamiento veterinario, para lo cual hacen campañas para costear las intervenciones de alta cirugía que aunque no se crea, pese a ser pequeñas cantidades de 80, 100 o 200 dólares, los dueños o las personas que las recogen no las pueden sufragar, razón por la cual la mayoría de las veces se insta a que  la gente colabore en las campañas con generosidad, logrando de esta manera devolverle  la salud al animalito.

Existen casos inolvidables - que son muchos- para los miembros de la Fundación, como el de "Alex" que llegó con las dos patas fracturadas o el de "René" un Rotwellier recogido luego de ser atropellado por un coche y que tenía una herida de 5 cms y que se le tuvo que hacer una cirugía con anestesia general, pero quizás el más llamativo - y al menos para mí también lo es-  el caso de "Lucho" que fue un perrito callejero que deambulaba por las calles con otros tres perros mas, quienes - para que vean la ignorancia de algunas personas-  fueron envenenados por moradores del sector, quedando sólo "Lucho" con vida, aunque de poco le sirvió  ya que desgraciadamente fue atropellado en sus patitas traseras, por las llantas de un carro que invadió la acera donde se encontraba recostado. La señora que lo alimentaba al ver su estado lo llevó a una clínica veteriana y allí le dieron dos opciones, la cirugía o una férula, pero como no tenía dinero optó por la segunda opción, comprobando al cabo de algunas semanas, que el perro no mejoraba y decidió llevarle al PAE donde se le diagnosticó fractura del fémur. Se vieron entonces avocados a realizar una campaña para recoger dinero para financiar la cirugía, y gracias a la colaboración ciudadana y al equipo médico verterinario, se logró su curación. La señora que lo rescató se ha quedado con él y "Lucho" es ahora completamente feliz.

Los miembros de la Fundación se lamentan que pese a toda la labor que hacen, ésta sea insuficiente, ya que desgraciadamente en la cultura ecuatoriana aún persiste la mala costumbre de dejar por las calles del Ecuador, animales abandonados y maltratados, pasando indiferentemente por encima de ellos.  Por ello, nunca falta trabajo y el compromiso crece aún más.

Personalmente creo que aún hay mucho que hacer en Ecuador con respecto a los derechos de los animales, sobre todo en aquellos que son criados de manera industrial y en la muy cuestionada fiesta de los toros, pero mientras  eso suceda, debemos sentirnos agradecidos que gente tan maravillosa como la del PAE, siga haciendo su labor silenciosa pero efectiva y permitiendonos que se vuelva a creer en un país que también genera de vez en cuando, noticias positivas.

2 comentarios:

Unknown dijo...

QUE DIOS LOS BENDIGA ..... GRACIAS POR SU LABORR....

Jessica Jiménez dijo...

Gracias a tí. La verdadera labor la realizan personas que diariamente ocupan su tiempo valioso en ayudar a los mas indefensos como son los animales.