jueves, 15 de mayo de 2014

EL PAN CASERO

 Foto: Horno de leña.pixabay.com



Foto: Pan.pixabay.com


 Foto: Panadería-cafetería en la Gran Vía de Madrid. Jessica Jiménez Z.

Foto: Libros. Jessica Jiménez Z.

Durante estos últimos años en España, existe una marcada tendencia a revalorizar lo ecológico, lo natural, lo de antaño. Por lo mismo, mucha gente por ejemplo regresa a repoblar pueblos abandonados, sea por iniciativa del Estado o sea por iniciativa propia. Otros optan por volver a las huertas ecológicas  creadas en el campo o en la ciudad, para trabajarlas y luego cosechar productos libres de contaminantes, que además de servir de alimentación lógicamente, sirven para sociabilizar, para distraerse sanamente y para levantar la autoestima de personas.

Pero últimamente lo que está en boga y al parecer en toda Europa, es elaborar pan artesanal o pan casero. Tal es así, que están proliferando por doquier panaderías y cafeterías que ofrecen pan casero y que cobran más por ello que por el pan industrial. Será por esta razón también, que se forman grupos de personas que se reúnen para hacerlo para que de esta manera les salga más económico y también para intercambiar conocimientos y consumir el pan como se hacía antes.

La moda se ha extendido también a las librerías de la ciudad que se han visto invadidas de libros especializados en el tema y valga la redundancia, se venden como “pan caliente”.  Además existen hoteles rurales que incluyen en su paquete turístico además de ordeñar las vacas o catar vino, cursos de elaboración de pan casero como hacían nuestras abuelitas. Tal es el éxito de este tema que se han multiplicado los "panófilos" como los llamo yo, a través de las redes sociales y los espacios televisivos. Los grupos más conocidos son “Amigos del pan casero” en Facebook y las webs: www.elforodelpan.com y www.lamemoriadelpan.com.

En la mayoría de estos cursos se pone especial énfasis en la elaboración del pan con la masa “madre” o “fermento natural”, que no es sino la mezcla de la harina ecológica de trigo o de centeno y agua mineral a temperatura templada, dando como resultado su propia levadura y que se la puede conservar durante años. 

Como todo en la vida, para gustos hay colores, unos prefieren sin levadura y otros con levadura, y a partir de ello, surgen infinidad de recetas a las que se le añaden cantidad de ingredientes para reforzar su sabor y hacerlo único. Pero sin duda la mejor receta de pan casero lo da el ganador de la mejor “baguette” de Francia, un tunecino emigrado con 16 años a este país, llamado Khadher, quien manifiesta que heredó la receta de su madre quien hacía pan casero, para lo cual no hay que poner mucha harina en la masa para que dure más tiempo, evitar la humedad y dejarla reposar durante 24 horas. Su panadería es la proveedora oficial del baguette al Elíseo.

En cuanto a mí personalmente, adquiere una significación personal este asunto, ya que el pan casero-artesanal horneado en horno de leña, está asociado a los recuerdos más tiernos y entrañables de mi infancia, ya que mi abuela materna tenía una panadería desde la cual se elaboraban los panes más artesanales que puedan haber existido, ya que además de ser muy laborioso contaba con los ingredientes que serían la envidia de cualquier panadería que funja de ser artesanal en los tiempos actuales, ya que dicho pan estaba elaborado con queso de vaca que pastaba y comía hierba en el campo, con trigo molido en molino de piedra y que había que uno mismo cernirlo para separar el afrecho, manteca de cerdo también criado en el campo, huevos de gallo y gallina y por último como había indicado anteriormente, horneado en el horno de leña. Todo el pan se lo amasaba a mano, ya que en esas épocas, - en los 70' del siglo pasado- no existían las amasadoras ni cosas por el estilo, por lo que era un trabajo bastante agotador, que fue por ello fuente de inspiración y de admiración para nosotros sus hijos y sus nietos, por el trabajo duro pero honrado realizado por esta mujer única que fue mi abuela.

Los panes resultantes eran de lo más variado, entre los que contaban los bizcochos, pan dulce, pan de sal, pan de leche, empanadas, empanadas redondas rellenas de queso, pan de huevo, buñuelos, en fin, todo un festín para el paladar.

Desconozco si al momento actual se seguirá haciendo este tipo de pan que está creando tendencia a nivel europeo, aunque visto lo visto, no me parecería raro que esta tradición también haya desaparecido en Ecuador, en aras de un mal entendido modernismo, que uniforman las sociedades y hacen perder sus valores culturales e históricos.



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