La diferencia que hay entre una
convicción y un prejuicio es que la convicción podemos explicarla sin
alterarnos. Federico II de Prusia
Considero
que los líderes de la comunicación y de la opinión pública, deben ser sensibles
con la sociedad que los rodea y por tal razón, invitar al debate de sus
problemas para encontrar las posibles soluciones. Esto lo comento porque, por
todos es conocido el asunto de controvertida sentencia contra el grupo La
Manada de España que, debe ser por los medios de comunicación españoles que
tienen su espacio por más de medio mundo, que prácticamente todos se han
indignado y los medios del Ecuador, no podían ser la excepción al analizar este
hecho sin considerar que existen realidades parecidas o peores en el propio
país, con víctimas que serían por miles de acuerdo a estadísticas que se
ventilaron a propósito de la campaña por el SI en el último referéndum,
celebrado en febrero de este año y que valga la pena decir, ya no se ha vuelto
a exponer luego de aparentemente haber cumplido su cometido.
Por mi
parte, no he querido redundar sobre el tema justamente por las razones
anteriores. Tal vez, lo único que sí quiero manifestar es que me sumo a la
opinión de estos dos editorialistas que, de manera objetiva analizan DICHA
SENTENCIA. Lo que yo dijera, además, no aportaría en nada a lo que ya se ha
dicho y se está haciendo en España que ya tiene su propio debate desde hace
años y que el poderoso activismo ciudadano, más bien, ha obligado a los
políticos a involucrarse en el tema para no quedarse atrás y perder votos. Al
contrario que en Ecuador, donde son los políticos y los medios de comunicación
quienes determinan cuáles son los temas o los personajes que deben ser
considerados dignos de debate y activismo, provocando de esta manera la
respuesta masiva y contundente de la ciudadanía.
Un ejemplo
de que las realidades son distintas entre un país y otro y de cómo lo abordan
los líderes de la comunicación es lo sucedido con una chica quiteña que, pese a
que ha expuesto su rostro con el objeto de hacer pública la injusticia que se
ha cometido con ella, se hace llamar Verónica O., la misma que denuncia haber
sido violada por tres sujetos y que, al igual que La Manada de España, fue
filmada y el vídeo expuesto en las redes sociales.
Desgraciadamente,
los agresores luego de un anómalo y tedioso proceso judicial han sido
exculpados y puestos en libertad mientras que Verónica, considera que ha sido
doblemente victimizada por cuanto la justicia ecuatoriana, no ha cumplido con su papel de
defender sus derechos ciudadanos y protegerla como el ser humano que es.
Una
sentencia más que, al menos en Ecuador, ya no llama la atención por cuanto se
ha asumido que la justicia funciona así, pero lo llamativo del caso es que esta
chica ha preferido no callarse y ha desnudado las falencias del sistema tal vez
indignada, por el despliegue de solidaridad que se ha dado a un caso de un país
tan lejano al suyo y del que no se han manifestado ahora sí, los líderes de la
comunicación ya que no se trata tan solo de la agresión física y psicológica
contra esta mujer por parte de unos vulgares delincuentes, sino del sistema
judicial que ha fallado pese a que intentó presentar como prueba determinante
el vídeo y fotos de otras mujeres violadas por este grupo y que sin embargo,
fue rechazado por los jueces y pese a que sí se presentaron otras pruebas como
pericias toxicológicas, testimonios, pruebas de ADN, lo que no evitó que en
primera instancia el proceso, se haya declarado nulo por “negligencia
administrativa” incluyéndose la pérdida de pruebas de ADN por parte de un
médico forense y dejándola por tal razón, en TOTAL INDEFENSION a tal punto de
sufrir persecución y acoso por parte de estos sujetos, sin recibir ningún tipo
de ayuda aunque sea de tipo sicológico peor una boleta de auxilio.
Como si ello
no fuese suficiente, personas que SI LE CREEN convocaron a un plantón para
reclamar estos hechos y, con mucha pena, observé que acudieron solamente un
puñado de personas y que, en las redes sociales lugar donde tanto hacen alarde
los supuestos activistas y patriotas, también brillaron por su ausencia. Al contrario,
pocas etiquetaciones y personas apoyándola, pero sí abundantes emojis riéndose
y críticas que provienen curiosamente, de otras mujeres.
Sin duda en
Ecuador, se vive un falso activismo que, como vemos hace daño al país y que, al
parecer, nos sigue sumiendo en la ignorancia y subdesarrollo por muchos años
más.
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