jueves, 8 de noviembre de 2018

LA SALUD EN ECUADOR, parte 3


 Foto. Portal del paciente. Jessica Jiménez Z.




La vida es una tragedia para los que sienten y una comedia para los que piensan. Jean de La Bruyere

He querido dedicar la tercera parte del tema de “La salud en Ecuador” al uso de las tecnologías de información y comunicación ya que se ha comprobado que los mismos, son de gran ayuda para la relación médico paciente y para el buen funcionamiento de un sistema de salud, sea este privado o público.

Lamentablemente en Ecuador, poco se puede hablar de su implantación ya que, si se lo ha hecho debe ser de poca ayuda ya que, por lo que he podido comprobar, se tiene asumido que el aprovechamiento de la informática se reduce al solo uso de las redes sociales como el Facebook y el whasap y a los correos electrónicos mismos que, muchas veces, ni ello sirven ya que al menos en mi experiencia personal y al estar fuera del país, he recurrido a ellos para comunicarme y pedir información en las instituciones públicas y privadas sobre determinados aspectos de índole personal sin recibir ninguna respuesta, como sucedió recientemente con unos correos enviados a la Casa de la Cultura Nacional y del Núcleo de Loja.

Por lo mismo, en el sistema de salud pública ecuatoriano poco se debe haber hecho puesto que, también son constantes las quejas por parte de los usuarios de la falta de turnos o de la dificultad de conseguir los mismos, de los reclamos demandando información sobre diversos aspectos que atañen a su salud y teniendo que acudir personalmente a hacerlo muchas de las veces, para nada a causa de una evidente desorganización y falta de sensibilidad, entre otras dificultades.

La experiencia en España en cambio y pese a lógicos problemas al ser tan inmenso el archivo de millones de datos, se parte primeramente de la obtención de la “Tarjeta sanitaria” mediante la cual se accede al sistema de salud público. Luego, a través la intranet del sistema de salud que tiene implantada la “Historia Clínica Electrónica” se permite consultar a los sanitarios de atención primaria y desde cualquier parte del país, información médica de los pacientes, así como de citas o informes de atención especializada, lo que permitirá adecuar un mejor tratamiento o salvar vidas, por ejemplo. Lo interesante también, es que dicha información no solamente sirve para fines asistenciales sino también para fines de docencia e investigación. También está interconectado con las todas farmacias del estado a través de la “Receta Electrónica” la misma que permite hacer un seguimiento más eficaz de la medicación dispensada y de los profesionales que han atendido al paciente.

El sistema facilita también la comodidad del paciente en la obtención de citas médicas ya sea mediante telefonía por reconocimiento de voz, por ordenador, por una aplicación del móvil o en último caso y para los que no están familiarizados con las nuevas tecnologías, de forma presencial.
Otro de los servicios que fomenta con todos esos datos almacenados, es la atención en las poblaciones rurales que no poseen atención permanente de un profesional sanitario, permitiendo a través de una pantalla de ordenador hacer un seguimiento de su estado siempre que no sea grave o requiera de un tratamiento más especializado, ahorrando por tal razón, tiempo y dinero tanto a paciente como al estado.

Por último y como si fuera poco, algo que, como paciente, me ha deslumbrado y es el llamado “Portal del Paciente” mediante el cual, nos permite acceder a través de una página personal previo un nombre y una contraseña, a todos los datos a los que tenemos derecho como son nuestra historia clínica detallada, pruebas de imagen como rayos X, TAC, resultados de laboratorio, anatomía patológica, prescripción farmacológica, etc. permitiendo también a los especialistas, hacer un seguimiento luego de darnos el alta por alguna patología y realizar interconsultas con otros médicos.

Como se puede observar, el aprovechamiento de las tecnologías de la información y comunicación dentro de un sistema de salud es extenso y como había dicho, facilita la vida tanto al paciente como al médico a la vez que optimiza recursos al estado, siendo este último, uno de los grandes inconvenientes a los que se enfrentan los gobiernos de turno, redundando por tal razón en una mala atención y en el peor de los casos, en la muerte de valiosas vidas. 

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