"VIVE DE TAL
MANERA QUE TU MUERTE RESULTE ESCANDALOSAMENTE INJUSTA". Javier Gomá
Hace algunas semanas, el actor Antonio Resines respondía a
una pregunta realizada por el entrevistador, quien le cuestionaba el
sorprendente final de la exitosa serie que protagonizaba, Los Serrano y lo justificaba diciendo que tuvieron que darle fin a la serie, porque ya
estaban cansados de ofrecer tantos capítulos de sexo y que ya no tenían más argumentos
que ofrecer.
Esta respuesta, a mi modo de ver, puso sobre el tapete el
manejo del tema del sexo por parte del cine, la televisión y los medios de
comunicación en España en concreto y en todo el mundo, en general.
En lo personal, cuando vine por primera vez a este país, me
significó un choque brutal en lo cultural, ya que provenía de una sociedad
extremadamente conservadora como la de Quito, a una bastante liberal como es la
española.
Los anuncios en los periódicos de servicios de sexo a
domicilio como si fueran anuncios de alquileres de pisos -por ejemplo-, la presencia
imágenes sexuales en un buen número de los programas de televisión, así como
revistas supuestamente dedicadas a los adolescentes que, como no podía ser de
otra manera, contenían bastante información que incitaban a las relaciones sexuales
y a la infidelidad, se convirtieron en la tónica diaria a convivir en el nuevo
país.
No obstante, por una parte, me parecía positivo por cuanto
la información resulta fundamental para evitar embarazos no deseados en los
jóvenes al existir, como en el caso de Ecuador, un alto índice de embarazos no
deseados en adolescentes, con las consecuencias sociales y económicas que
derivan de esta problemática. Pero, por otro lado, me daba la impresión que la
información era unidireccional y excesiva a tal punto de considerar que, más
bien, parecía una intensa campaña para inocular en los jóvenes y en el resto de
la sociedad, una forma liberal y permisiva de entender el sexo y las relaciones sentimentales, de tal manera que, en pocos años, se ha ido normalizando en los
medios la presencia de varios tipos de preferencias sexuales a tal punto que
éstas, pueden involucrar a varias personas a la vez o, de diversos tipos de
géneros que ya son parte de la vida diaria, como el hecho que ha resultado
ganador del festival de Eurovisión una persona no binaria, es decir, un
individuo que no se siente ni mujer ni hombre.
Si bien es cierto, en determinado momento hubo la necesidad
de normalizar este tipo de tendencias sexuales ya que, según me he ido
enterando, anteriormente en la dictadura franquista, por ejemplo, hubo muchas
mujeres infieles a sus parejas u homosexuales que ingresaron a las cárceles por
el mero hecho de serlo, así como también, la necesidad de esta gente de
expresar sus sentimientos sin ser señalada o discriminada, que me parece bien, pero
que también es excesiva ahora su presencia que, como decía anteriormente,
parece una campaña dedicada a exponerlos a como dé lugar.
Por la misma razón, la presencia de argumentos en series
juveniles que están centrados solo en el sexo, ha provocado que hace algunos
años, una serie famosa fuera vetada en Italia, ya que sus protagonistas se acostaban
entre ellos, es decir, entre alumnos, entre profesores, entre padres de
familia, luego entre alumnos y profesores y viceversa, es decir, todos contra
todos.
Argumentos vacíos que, al parecer, ni en Hollywood se salvan.
Lo digo porque, en televisión, trasmiten frecuentemente una
película protagonizada por la famosa Amanda Seyfried y que cuenta de una chica
que se queda huérfana de padre y madre a los 12 años y que, de adulta, conoce e
un chico bueno que la amaba y la consideraba, pero que ella no lograba superar
el trauma de haber perdido al padre, principalmente, por lo que se involucra en
una espiral sin freno de sexo con varios hombres para terminar, supuestamente,
reivindicando el encuentro consigo misma, volviendo a la normalidad y con el
chico que la amaba.
Así mismo, hace unas semanas nos llevamos un gran decepción
viendo la película de Emma Stone que, incluso ganó el Oscar por esta película,
Pobres criaturas, con un argumento, así mismo, facilista, donde el sexo fluye
sin sentido ya que la protagonista a manera de un Frankenstein femenino, es
revivida con el cerebro de un niño por lo que tiene que empezar a hablar y
caminar nuevamente, para luego, en el cénit de su aprendizaje, vivir algunos
años de sexo desenfrenado en un prostíbulo francés y regresar finalmente a casa
para llevar una supuesta vida normal.
Si bien es cierto, en mis libros también abordo el tema del
homosexualismo y la infidelidad, al ser temas que están presentes en el diario
vivir, al menos intento hacerlo dentro del respeto que se merecen como seres humanos sus
protagonistas, sin caer en el facilismo de reducirlos a sus órganos sexuales o a
ser personajes pintorescos, sino concomitantes con los argumentos de las obras.
Una película, un libro o una serie sin argumento más que el sexo
sin sentido, indudablemente provoca hastío y decepción cuando yo creo, más
bien, que debería tratarse con respeto a su realidad.
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