sábado, 28 de junio de 2008

PICASSO


Hace unos meses fui con mi novio a ver una retrospectiva de la obra de Picasso en el Museo Reina Sofía de Madrid. Tenía mucha expectación por conocer su obra, aunque en Quito ya había visto una exposición de unos dibujos de minotauros que me llamaron la atención, me parecieron extrañas y un poco machistos, pero en fin, quería formarme un concepto mas amplio de su vida y de su obra.
Debo confesar que no me gustó mucho en un principio a excepción de dos obras mundialmente conocidas que las había visto en revistas, como son el preciosísimo ARLEQUIN y el RETRATO DE DORA MAAR, que valen la pena ser vistas para morir tranquilos., del resto, pura novedad.
Pero bastó con llegar al salón donde se encontraba el GUERNICA y quedé desconcertada hasta las lágrimas(parece que ultimamente estoy de lágrimas), produciendome una emoción que no pude controlar y sentí una honda pena por no compartir estos sentimientos visuales y emocionales especialmente con mi padre que se encuentra en Ecuador y que no puede venir porque le han negado el visado ¡5 veces!.
Después reflexionaba, qué tuvo esa obra para producirme ese cúmulo de emociones? cómo puede ser posible que unos trazos asimétricos, de líneas geométricas, arbitrariamente dispuestas me digan algo?....
Primeramente, me llamó la atención el tamaño, que era muy grande lo cual daba una sensación de entrada de imnipotencia, luego los colores, en blancos, negros, grises, colores de dolor, de pesadumbre, de noche y luego las imágenes: aterradoras, como si denunciaban algo, caras que gritaban, manos que suplicaban. Había que conocer la historia para entender este cuadro y por fin entender los sentimientos de Picasso.
Me explicaban que la ciudad de Guernica, en el país Vasco, quedó destruído luego del bombardeo de Franco y fue un símbolo de resistencia para los exilidados entre ellos, Picasso que se exilió en París, y es allí donde se encuentra su obra mas vasta.
Entonces, ese cuadro expresaba todos sus sentimientos, su rabia, su dolor, frente a esa guerra para él injusta, y motivo del exilio de muchos españoles.
En fin, que pocas veces, momentos o situaciones me producen recuerdos inovidables, y sin duda, ese cuadro quedará para mí guardado en mi memoria, lo mismo que LOS GUANDOS de Eduardo Kingman, o el RETRATO DE PACO DE LUCIA de Guayasamín, o LAS MENINAS DE VELAZQUEZ, o la escultura de LA PIEDAD de Miguel Anguel, son obras que sólo recordarlas vuelven a despertar emociones intensas en mí. Creo que vale la pena conocerlas y ser -creo que ya lo son- patrimonios de la humanidad, aunque las que se encuentran en Europa, poco a poco, quedan vetadas paradógicamente para el resto de la humanidad, especialmente para los pobres que no podrán conseguir visados para entrar a Europa y ver estas maravillas.

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