sábado, 1 de julio de 2023

EL LEGADO DE CÉSAR MANRIQUE EN LANZAROTE

"Un hombre con muchos amigos, nunca puede ser un fracasado". Película "Qué bello es vivir"

Hay personajes que han contribuido en cualquier ámbito al desarrollo de España y que, sin duda, son para tenerlos de referencia. Y esto es algo que me gusta mucho de la prensa española, que lo ponen a consideración del público cada dos por tres, sea a través de reportajes periodísticos o sea a través de programas de televisión, especialmente de la pública.

Es así como conocí a César Manrique que fue mucho más que un reconocido artista, pintor y escultor ya que es considerado uno de los más afamados vanguardistas del arte contemporáneo del siglo XX, al haber sabido combinar la arquitectura con la naturaleza, el respeto al paisaje y a la identidad cultural de los pueblos y creando por ello, obras únicas que han trascendido en el tiempo y que son referentes de turismo sostenible alrededor del mundo.

Y debió ser porque Manrique nació en una de las islas canarias, concretamente, en Lanzarote y en la ciudad de Arrecife en el año 1919, teniendo por tal razón, contacto directo con la naturaleza desde que nació.

Como decía, a él se le debe la concienciación del cuidado del medio ambiente en una época donde casi no existía ese sentir y porque supo alarmarse ante el bum del turismo masivo y la hostelería que tanto daño hizo al paisaje costero español, a partir de los años 50 en España, donde se destruyó el ecosistema para construir miles de edificios destinados a segundas viviendas para el disfrute estival.

Los lanzaroteños, particularmente inspirados por su arte y luego, por el activismo de Manrique, ya que muchas de las veces, lideró sonadas protestas contra la construcción de costosísimos complejos turísticos, pasaron también a ser activistas ecológicos provocando de esta manera, la paralización de la construcción de importantes resorts, así como de proyectos hoteleros que, sin duda, provocarían gran daño ambiental no solo en Lanzarote sino en otras islas españolas. Por tal motivo, la isla fue nombrada en 1993 por la UNESCO, “Reserva de la Biósfera”, así como previamente en 1978, el Premio Mundial de Ecología y Turismo.

Para entender un poco su obra hay que conocer que Lanzarote en los años 60’ era una isla subdesarrollada al que le faltaba el agua, principalmente, y sus habitantes preferían emigrar ante la falta de trabajo. Forma parte del archipiélago canario y se la conoce como “la isla de los volcanes” como consecuencia de la actividad volcánica, principalmente del siglo XVIII, siendo su paisaje escaso de vegetación, pero contradictoriamente muy fértil, rocoso, con suelos de origen piroclástico lo que ha provocado que actualmente también se potencie la viticultura. Manrique supo combinar su arquitectura con elementos como la roca negra, la lava, el mar y las cuevas lo que, curiosamente, forman hermosos contrastes de colores que van desde el azul, verde, negro o marrón.

Manrique que había vivido algunos años en Nueva York, al regresar en 1966 se propuso potenciar el turismo ecológico para lo cual contó con gente visionaria que supo apoyarle como fue el alcalde José Ramírez Cerdá junto con la promoción mediática proporcionada por el periódico “La Antena”, que lograron convertir a Lanzarote y en solo 10 años, en una potencia turística apegada a la naturaleza. 

Actualmente Lanzarote vive del exitoso turismo de carácter ecológico con 13 espacios naturales protegidos y del disfrute de las originales obras de Manrique que atraen a casi dos millones de turistas al año, entre los que se destacan miradores, jardines y paisajes como son:

-LOS JAMEOS DEL AGUA, considerados su primera obra en la isla para lo cual, aprovechó un tubo de agua que había formado la lava desde el volcán hacia la naturaleza con un jardín de palmeras y un lago, logrando un lugar de paz y tranquilidad con variados colores.



Hacia el sur de los Jameos se encuentra la vivienda de Manrique que se ha constituido hoy en el MUSEO DE LA FUNDACIÓN y que fue construido sobre un conjunto de burbujas volcánicas.



-EL JARDIN DE LOS CACTUS es un jardín con más de 4500 ejemplares de más de 400 especies de cactus traídas de todo el mundo. Se cree que es la obra preferida de Manrique y se encuentra en una cantera rodeada de una plantación de tuneras.



-LA CUEVA DE LOS VERDES también es un tubo volcánico creado por el mismo tubo de los jameos conectados de manera subterránea.



-EL MIRADOR DEL RIO construido también sobre rocas volcánicas y desde donde se puede ver el paisaje de la isla y el atlántico.



-EL RESTAURANTE EL DIABLO localizado en el Parque Nacional de Timanfaya desde donde, a través de una arquitectura de cristal, se observa el paisaje del parque mientras se degusta sabrosa gastronomía local.



Todo ello me lleva a pensar en los valiosos recursos del Ecuador que nos ha legado inmerecidamente la naturaleza, especialmente Galápagos y el Oriente, los cuales son maltratados tanto por autoridades como por una población mayormente carente de conocimiento que hace mal uso de ellos, construyendo los más pudientes, hoteles para lucrarse y los pobres, arquitectura sin ningún gusto a base de hormigón y colores chillones e introduciendo especies ajenas a la fauna y flora de estos paraísos. Los pocos conscientes que hay, lo hacen a título personal sin ninguna ayuda y fracasando sus proyectos al poco tiempo por la falta de seguridad en todos los sentidos.


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