Foto: twitter.vengaconozcaeloro
- "La felicidad es el deseo de repetir".
Milan Kundera
Creo que, para
promocionar adecuadamente nuestra gastronomía ecuatoriana, es necesario primeramente
conocer y valorar los productos con los cuales se trabaja en la elaboración de
los diferentes platos. Y me da la impresión que este desconocimiento, es lo
que impide que destaquemos a nivel internacional, ya que no se trata solamente
de que sea sabroso o que tenga una presentación original, sino que también
cuentan los productos en su origen, la forma en que han sido elaborados o
creados, la zona, la tierra, el clima, en fin, los múltiples factores que le
dan un plus adicional al plato presentado.
Aunque no todo son
malas noticias, ya que hay que destacar también que, últimamente se están
haciendo esfuerzos para promocionarla aunque sea sólo como nombres, como es el
caso de los “Mundiales” de encebollado o de hornado, festivales donde además,
se estimula a los cocineros aficionados o profesionales a competir y a crear.
Este desconocimiento de
la riqueza de nuestros productos agrícolas por ejemplo, lamentablemente ha
existido desde siempre, ya que recuerdo en particular la experiencia que mi
padre vivió con un producto tradicional del Ecuador como es el café, cuando en
uno de sus viajes que, como periodista realizaba a lo largo de la geografía
ecuatoriana, luego de unas entrevistas descansaba en un restaurante de Zaruma junto
con el chófer y el fotógrafo del medio de comunicación en que trabajaba y, cuando
al solicitar un café -siendo Zaruma lugar por antonomasia del cultivo de café
ecuatoriano- les sirvieron las respectivas tazas con agua hirviendo acompañados
de un frasco de café soluble colombiano. Mi padre bromista como era, le hizo
ver a la mujer la incongruencia que en la “tierra del café”, les sirviesen precisamente
un café colombiano y del tipo soluble, a lo que la dueña respondió avergonzada,
con una carcajada nerviosa.
¿Qué más le quedaba por
hacer a la pobre mujer, si a mediados de los años 80 por ejemplo, los pequeños
agricultores trabajaban casi por inercia y que ya mucho tenían con tratar de
sobrevivir sin ningún tipo de ayuda, como para tratar de estar promocionando un
tipo café en el que ni ellos mismo creían o que ni siquiera sabían cuáles eran
sus características?.
Yo como consumidora recuerdo
además, que ante esos cafés solubles que promocionaban hasta el hastío por
televisión, supuestamente dos en uno y que regalaban el recipiente en forma de vaso
conteniendo el café con un sabor más a azúcar quemada que a café, preferíamos el
que tomábamos en verano cuando íbamos a la tierra de mis padres en la provincia
de Bolívar. Un café proveniente de Los Ríos y el Guayas, al que veíamos como lo
molían conjuntamente con haba tostada y que luego de “asentarlo” en una olla
con agua hirviendo, nos lo servíamos acompañados de las típicas tortillas de
maíz o de trigo, preparadas con tanto amor por nuestra abuela y nuestras tías.
Menos mal que
últimamente parece que se está tomando conciencia de potenciar lo nuestro,
particularmente por parte de los pequeños productores de la zona de El Oro,
Zamora Chinchipe y de Loja, para lo cual organizan festivales de cata de café y
donde se puede comprobar que con ganas y conocimientos técnicos se puede
conseguir un buen producto ya que además, dichas tierras reúnen las mejores
condiciones para cultivarlos, aunque ¡oh paradoja!, pese a ser los ecuatorianos
gente emprendedora y con ganas de trabajar, hay un déficit de 1.400.000 sacos
de café a tal punto que se tiene que importar de Vietnam un café considerado de
mala calidad, para satisfacer el cada vez más creciente mercado nacional de
café soluble, liofilizado o extracto, desperdiciando de esta manera la
oportunidad de oro para generar trabajo que tanta falta hace así como para satisfacer
la demanda interna y por consiguiente, el abaratamiento del precio del café.
Se dice que el mejor
café es el que tiene el 68% de arábiga y el 32% de robusta y que el café que no
es de tan buena calidad es lo contrario, es decir, que tiene el un alto
porcentaje de robusta y un bajo de arábiga aunque al parecer, con otra de las
paradojas en Ecuador, sembramos unas 160.000 hectáreas de arábiga y encima nos
damos el lujo de exportar para quedarnos sólo con el robusta.
Por lo mismo, creo que
debemos aprender como consumidores a exigir conocer el tipo de café que nos
venden ya que, como sucede también en España, no sabemos el tipo de café que
consumimos a tal punto de ser llamada la “la bebida desconocida”, ya que por lo
menos el vino, el queso, la carne o cualquier otro producto es presentado
indicando su origen y la forma en que ha sido producido, lo que no sucede con
el café.
Para saborear un buen
café debemos exigir primero que sea arábigo, luego que haya sido natural, tostado
y molido de inmediato. Al ser envasado que haya sido extraído su oxígeno para así
evitar su oxidación y preservar su frescura. Y en este punto, parece que la
última moda, la del café en cápsulas, al parecer garantizan esa ausencia de
oxidación por su sellado hermético. Y, por último, deben servirnos en tazas de
porcelana porque en Ecuador veo con desagrado que se sirve en vasos de espuma
flex o goma espuma como se llama aquí en España, lo que indudablemente le quita
no solamente sabor sino también toda la esencia porque el sabor a plástico,
anula todo el buen trabajo que se habría realizado para conseguir el café.
Últimamente y al menos
aquí en España, se está valorando también la presencia del “barista”, que en
Italia se ha constituido prácticamente en toda una institución, ya que al menos
éste garantiza un adecuado manejo, regulación y limpieza de los molinillos
además claro está, de expresar todo su arte en la preparación y presentación de
los distintos tipos de café, destacándose en particular el café “expreso”, joya
gastronómica creada por los italianos.
Por último, me he
enterado a través de la revista Líderes del diario El Comercio, que se está
elaborando en Ecuador un tipo de café a base de haba tostada y molida, lo cual
me parece fantástico porque sería una novedosa aportación a la gastronomía
ecuatoriana y mundial, ya que además parece, tiene ciertas propiedades como
el facilitar la estimulación del sueño además de aportar ciertas vitaminas y
que lo pueden consumir los diabéticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario