Oleo: Josep Costa Vila
- "Comer y beber mantienen el cuerpo y el
alma juntos". Heinrich Boll
Sin duda,
una cafetería que ha demostrado la enorme influencia que pueden ejercer los
bares y cafeterías en España, como una forma no solamente de disfrutar de un
café, sino también de socializar e incluso de influenciar en la cultura en
general, es el famoso Café Gijón en Madrid.
Y lo es, porque
en dicha cafetería se dieron cita para dar su aporte a la creatividad nacional
y mundial, los más famosos exponentes de la cultura española del siglo pasado,
particularmente en los años 50’ y 60’, pintores como Dalí, políticos
como Franco o Santiago Carrillo, escritores como Ana María Matute, Federico García
Lorca o Valle Inclán, actores como Hemingway o Francisco Rabal e incluso
destacados científicos como el Nobel de Medicina Severo Ochoa, los mismos que,
teniendo como testigo las llamadas “mesas de los “poetas”, de los “plásticos”,
de los “cómicos” o de los “toreros” y, evidentemente al calor de un café, de un
cigarro o de una copa, se imbuían en acalorados debates donde competían en
ingenio, dialéctica e ideas de los que, seguramente se inspiraron muchos, para
crear obras de diversa índole.
Tal fue su
importancia que, se asegura además, que todo aquel que deseaba ser alguien en
la cultura, acudía al café para hacer contactos y que muchos de sus contratos,
se firmaron en sus mesas.
Por lo
mismo, no es raro entonces que, el mismo Café Gijón haya emergido como
protagonista de óleos de diversos pintores, de obras literarias como “La noche
que llegué al Café Gijón” de Francisco Umbral y “La Colmena” de Camilo José
Cela o, siendo escenario de diversas películas entre ellas “Viaje a ninguna
parte” del actor y director Fernando Fernán Gómez. Allí también se gestó por
iniciativa de este último actor, el famoso premio de novela corta “Café Gijón”
que, hasta el día de hoy se sigue convocando, aunque dado el prestigio logrado,
en 1989 el Ayuntamiento de Gijón en Asturias se ha hecho cargo oficialmente del
mismo.
El Café Gijón
se encuentra en el Paseo de Recoletos 21 y fue fundado a fines del siglo XIX
por el asturiano Gumersindo García. Se dice que, instaló allí su café ya que
todos los cafés se encontraban dentro de la ciudad y al estar en aquel entonces
el Paseo de Recoletos fuera de la ciudad, tuvo mucho éxito ya que la gente en
los veranos, para sofocar el calor, acudía a refrescarse dando un paseo a la
sombra de los árboles y de paso se tomaba un café o un refresco en dicho Café.
García lo
traspasó en el año 1914 al peluquero Benigno López y fue su viuda, Encarnación
Fernández quien lo dirigió hasta su muerte en 1970. Fue ésta última la que
prácticamente atrajo a la distinguida clientela, dándole un prestigio y una
influencia tal que, incluso se decía que era más honroso tener una silla en el
Café Gijón que en la Real Academia de la Lengua Española.
El Café
guarda muchísimas anécdotas que han sido contadas por sus protagonistas a lo
largo de los años, destacando mayormente la presencia del camarero andaluz
Manolo Luna, quien se constituyó en toda una institución dentro del Café ya
que, además de ser un gran profesional en su rama era la persona que ayudaba en
todo lo que se precie, especialmente si se trataba de ayudar económicamente a
quien lo necesitare.
Actualmente
el café sigue funcionando, aunque, ha sufrido algunas reformas pero siempre tratando
de mantener ese espíritu tan de los años 50 que le dio tanto éxito e
inspiración es decir, con sus espejos y terciopelos así como su terraza con sus
mesas de mármol y hierro forjado.
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