lunes, 10 de febrero de 2014
EL PASILLO ECUATORIANO
Interpretación de Juan Fernando Velasco y Fonseca
"......Para envolverte en besos, quisiera ser el viento...
y quisiera ser, todo lo que tu mano toca.
Ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar, más cerca de tu boca...."
"El alma en los labios". Medardo Angel Silva
Uno de los patrimonios intangibles más valiosos del Ecuador es sin duda, el Pasillo Ecuatoriano. Un tipo de música que suponen ciertos estudiosos y del que no ha sido del todo comprobado, proviene de la simbiosis de la música europea con la indígena.
A pesar de ser una musica de melodía triste, se destaca por su gran contenido poético. Muchos lo asocian a los poemas de la llamada "Generación Decapitada", de la década de 1910, llamados así porque sus integrantes murieron a tempranas edades dejando un legado de versos con contenidos dramáticos, asociados muchas de ellos a sus propios desengaños amorosos y a la muerte.
Inclusive se conocen muchas leyendas en cuando a famosas composiciones, como el caso de la famosa "Vasija de Barro" escrita en una noche de copas por el pintor Osvaldo Guayasamín, Jorge Enrique Adoum, el "Potolo" Valencia, Gonzalo Benítez, el pintor Jaime Valencia y Jorge Carrera Andrade, quien éste último quedara impresionado con un cuadro llamado "El Orígen", que mostraba una vasija de barro en cuyo interior se encontraban figuras humanas, tal como los enterraban luego de muertos nuestros antepasados indígenas. Inspirados en esta escena, a los pocos minutos se dedicaron a componer todas sus estrofas, resultando de ello uno de los más emblemáticos y hermosos pasillos ecuatorianos.
Particularmente recuerdo que mi padre solía decir que hasta para tomarse unos tragos, tenía que hacerlo con aquellos a quienes consideraba sus buenos amigos y acompañados claro está, de los pasillos ecuatorianos, que los guardaba como paño en oro, primero como discos de vinilo y luego como CDs. Por ello desde pequeños, nos convertimos en cada ocasión festiva, en escuchas obligadas de inolvidables interpretaciones por parte de Carlota Jaramillo, del dúo Benítez- Valencia, de Hnas. Mendoza- Suasti, de las Hnas. Mendoza Sangurima y por supuesto del inmortal Julio Jaramillo, considerado el máximo exponente del pasillo ecuatoriano.
Aunque para ser sincera, en un principio y creo que como la mayoría de los jóvenes ecuatorianos, considerábamos aquella música un tanto anticuada, propia de personas mayores y de gente de escasos recursos económicos, precisamente porque su letra y su música suelen ser muy tristes y melancólicas. Sin embargo cuando llegaron los primeros amores y los primeros desengaños amorosos, encontramos sentido a dicha música, que nos servía de desahogo para superar tan difíciles momentos.
Aunque tal vez, cuando más sentido encontramos a dicha música es lejos del terruño, ya que escucharla nos produce un cúmulo de sensaciones adicionales, donde las vivencias, las personas y nuestros muertos reviven en forma de recuerdos, por lo que se hace imposible impedir que una lágrima resbale sobre nuestras mejillas.
Actualmente la antología del pasillo ecuatoriano es muy rica y variada y la juventud se ha decantado nuevamente por ella, gracias a jóvenes intérpretes que las han modernizado y las han hecho más asequibles.
Por todo esto en el año 1993, por decreto ejecutivo, se declara al 1 de octubre de cada año como día del pasillo ecuatoriano, siendo este el día en que Julio Jaramillo nació en Guayaquil el 1 de octubre de 1935.
(Dedicado a mi padre Raúl, en los cinco años de su dolorosa desaparición.)
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