Foto: Pan.pixabay.com
Foto: Panadería-cafetería en la Gran Vía de Madrid. Jessica Jiménez Z.
Foto: Libros. Jessica Jiménez Z.
Foto: Libros. Jessica Jiménez Z.
Durante estos últimos años en España, existe una marcada
tendencia a revalorizar lo ecológico, lo natural, lo de antaño. Por lo mismo,
mucha gente por ejemplo regresa a repoblar pueblos abandonados, sea por
iniciativa del Estado o sea por iniciativa propia. Otros optan por volver a las
huertas ecológicas creadas en el campo o
en la ciudad, para trabajarlas y luego cosechar productos libres de
contaminantes, que además de servir de alimentación lógicamente, sirven para
sociabilizar, para distraerse sanamente y para levantar la autoestima de
personas.
Pero últimamente lo que está en boga y al parecer en toda
Europa, es elaborar pan artesanal o pan casero. Tal es así, que están
proliferando por doquier panaderías y cafeterías que ofrecen pan casero y que
cobran más por ello que por el pan industrial. Será por esta razón también, que
se forman grupos de personas que se reúnen para hacerlo para que de esta manera
les salga más económico y también para intercambiar conocimientos y consumir el
pan como se hacía antes.
La moda se ha extendido también a las librerías de la ciudad
que se han visto invadidas de libros especializados en el tema y valga la
redundancia, se venden como “pan caliente”. Además existen hoteles rurales que incluyen en
su paquete turístico además de ordeñar las vacas o catar vino, cursos
de elaboración de pan casero como hacían nuestras abuelitas. Tal es el éxito de
este tema que se han multiplicado los "panófilos" como los llamo yo, a través de las redes sociales
y los espacios televisivos. Los grupos más conocidos son “Amigos del pan
casero” en Facebook y las webs: www.elforodelpan.com y www.lamemoriadelpan.com.
En la mayoría de estos cursos se pone especial énfasis en la
elaboración del pan con la masa “madre” o “fermento natural”, que no es sino la
mezcla de la harina ecológica de trigo o de centeno y agua mineral a
temperatura templada, dando como resultado su propia levadura y que se la puede
conservar durante años.
Como todo en la vida, para gustos hay colores, unos
prefieren sin levadura y otros con levadura, y a partir de ello, surgen
infinidad de recetas a las que se le añaden cantidad de ingredientes para
reforzar su sabor y hacerlo único. Pero sin duda la mejor receta de pan casero
lo da el ganador de la mejor “baguette” de Francia, un tunecino emigrado con 16
años a este país, llamado Khadher, quien manifiesta que heredó la receta de su
madre quien hacía pan casero, para lo cual no hay que poner mucha harina en la
masa para que dure más tiempo, evitar la humedad y dejarla reposar durante 24
horas. Su panadería es la proveedora oficial del baguette al Elíseo.
En cuanto a mí personalmente, adquiere una significación
personal este asunto, ya que el pan casero-artesanal horneado en horno de leña,
está asociado a los recuerdos más tiernos y entrañables de mi infancia, ya que
mi abuela materna tenía una panadería desde la cual se elaboraban los panes
más artesanales que puedan haber existido, ya que además de ser muy laborioso contaba
con los ingredientes que serían la envidia de cualquier panadería que funja de ser
artesanal en los tiempos actuales, ya que dicho pan estaba elaborado con queso
de vaca que pastaba y comía hierba en el campo, con trigo molido en molino de
piedra y que había que uno mismo cernirlo para separar el afrecho, manteca de
cerdo también criado en el campo, huevos de gallo y gallina y por último como
había indicado anteriormente, horneado en el horno de leña. Todo el pan se lo
amasaba a mano, ya que en esas épocas, - en los 70' del siglo pasado- no
existían las amasadoras ni cosas por el estilo, por lo que era un trabajo bastante
agotador, que fue por ello fuente de inspiración y de admiración para nosotros sus hijos y
sus nietos, por el trabajo duro pero honrado realizado por esta mujer única que fue
mi abuela.
Los panes resultantes eran de lo más variado, entre los que
contaban los bizcochos, pan dulce, pan de sal, pan de leche, empanadas, empanadas redondas
rellenas de queso, pan de huevo, buñuelos, en fin, todo un festín para el
paladar.
Desconozco si al momento actual se seguirá haciendo este
tipo de pan que está creando tendencia a nivel europeo, aunque visto lo visto,
no me parecería raro que esta tradición también haya desaparecido en Ecuador, en aras de un
mal entendido modernismo, que uniforman las sociedades y hacen perder sus
valores culturales e históricos.
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