martes, 1 de julio de 2014

TRANSPORTE PUBLICO, asunto de todos



Foto. Metro de Madrid

Foto.Atasco vehicular en Quito. www.lapalabrabierta.blogspot.com

Sylvester Stallone: “Los fracasos te hacen más listo. Y el éxito, más tonto”

En el año 2013, se inauguró en Londres el edificio diseñado por el afamado arquitecto Renzo Piano, llamado THE SHARD, que aguarda ciertas cualidades que la hacen diferente y espectacular como el ser probablemente el edificio más alto de toda Europa, el ser un edificio sostenible que estará abierto a lo público y lo que es más llamativo, que albergará solamente 48 plazas de garaje, “para fomentar el uso del transporte público como el Metro y el Tren de cercanías”, según palabras del propio arquitecto.

Esta noticia lo comparto por cuanto me preocupa que luego de muchos años y desde que tengo uso de razón, no se ha solucionado el tremendo problema de transporte en la ciudad de Quito, capital del Ecuador lo cual, al contrario de lo que proyecta este afamado arquitecto en sociedades más avanzadas, ha aumentado el uso del transporte privado y el transporte público se ha ido deteriorando aun más. Han pasado varios alcaldes intentando solucionar este problema, pero el sistema está ya a punto de colapsar. 

El alcalde anterior en un intento desesperado de solucionar el problema, inició la construcción del metro para  fomentar el uso del transporte público, que esperamos llegue a feliz término, aunque a mi modo de ver, éste será insuficiente, ya que al tener sólo una línea de recorrido, abarcará solamente las necesidades de la población que tiene que movilizarse de norte a sur y viceversa. Y poco más. 

El verdadero problema está, -como ya lo he mencionado repetidas veces-, en que se ha permitido la construcción de tal cantidad de barrios periféricos, los cuales como es de justicia, tienen derecho a exigir los mínimos servicios públicos y un municipio por más eficiente que sea, no podrá ni con todo el dinero del mundo, dotar de ellos a estos barrios, porque su crecimiento desordenado es como un barril sin fondo que nunca se llena. Por ello de mi insistencia desde hace mucho tiempo, de fomentar la densificación de la población en las zonas ya urbanizadas, eso sí, dotándola de todos los servicios como espacios públicos comunes, seguridad, parques, etc.

Para solucionar el problema del transporte, creo que no es necesario ser un experto en el tema, basta tener un poco de sentido común para entender que sí hay soluciones. Por ejemplo, no me parece raro que haya fracasado la implementación del uso de la bicicleta, ya que la ciudad contiene la mayor parte vías estrechas, demasiadas cuestas y bajadas, un tráfico vehicular intenso, debido al excesivo uso de transporte privado y exceso de unidades de transporte público hacia un mismo destino. En fin que me pregunto: ¿por qué no se lo implantó solamente en el sur de Quito por ejemplo, siendo que es toda plana y con anchas avenidas? Sentido común nada más, ya que no necesariamente tiene que ser en toda la ciudad si se trata de solucionar al menos en parte, el problema.
Por otro lado, intentaré poner - como siempre - ejemplos de mi experiencia aquí en España, con el único deseo que se copie las cosas buenas, aunque me consta que han venido muchos estudiosos a estudiar el tema, pero no se sabe en qué ha quedado dichos estudios y observaciones. 

Por ejemplo Madrid, tiene más de 6 millones y medio de habitantes y el 90 por ciento de la población utiliza el transporte público, lo que ha permitido la democratización de su uso a todas las clases sociales y económicas de la población, mientras que Quito con un dos tercios menos, ya que tiene poco más de 2 millones doscientos mil habitantes, sin embargo sólo el 40 por ciento hace uso del mal llamado transporte público, fomentando que la gente compre coches de uso privado en un número que no se conduele con la arquitectura sinuosa de la ciudad y con el medio ambiente. 

Pues bien aquí en Madrid en el año 1986, conscientes que se debía mejorar el sistema de transporte, se agruparon el Estado, los Municipios y las empresas públicas y privadas relacionadas con el transporte público, con el fin de coordinar los servicios, las redes y las tarifas, y el resultado está a la vista de todos. Por lo mismo, intentaré explicar cómo funciona el sistema y del por qué de su éxito. 

Primeramente, el Metro, que es como una araña debajo de la ciudad, cuyas patas son las líneas de recorrido que se entrecruzan en el cuerpo y que actualmente son más de 12, llegan prácticamente a todos los rincones de la ciudad. Luego están los trenes de cercanías, que aunque también hacen su recorrido dentro de Madrid, avanzan hacia poblados cercanos a la misma, sin que coincidan sus líneas con las del Metro aunque a veces sí, sus estaciones. Tampoco coinciden, a no ser que sean zonas de alta concentración de población, las líneas de autobuses que llegan a lugares donde no llegan ni el metro ni el tren. Y por último, los autobuses interurbanos que llegan de las poblaciones cercanas a Madrid, conectándose primeramente entre ellas, de tal manera que como se puede deducir, nadie se queda sin su servicio de transporte público.

Así mismo, valga la redundancia en mencionar que las unidades son sumamente limpias, modernas y adaptadas para personas ancianas y discapacitadas, por lo que utilizarlas, se convierte en una experiencia agradable. Recuerdo cuando recién llegué que se había armado una polémica por cuanto se exigía que los chóferes que conducen estas líneas estén lo más presentables posible de cara al público, por lo mismo demandaban que se pongan los dientes a quienes carecían de ellos por ejemplo, lo que se agradece, ya que ahora muchos de ellos parecen actores de televisión.  

Lo ventajoso de todo este sistema, es que con el mismo billete y con el bono mensual se puede acceder a cualquiera de los servicios y sus tarifas se han adaptado de acuerdo a las zonas donde se vive, tal es así que mientras más lejos de Madrid se está, le cuesta al usuario un poco más y mientras más cerca, menos, aunque hay descuentos especiales para estudiantes, personas de la tercera edad y discapacitados. 

Me pregunto, ¿no es posible hacer algo medianamente parecido con Quito?, y aun más considerando que si así es en la capital, el turista que llega pensará: ¿cómo será en el resto de las ciudades del país?. Porque es realmente decepcionante ver en todo el país un servicio cuarto mundista, que además de ser antiestético es antifuncional, lo cual es degradante incluso para el propio conductor que viaja en su instrumento de trabajo en estas condiciones. Por lo mismo que se entiende que la gente utilice el propio coche, generando un mayor tráfico vehicular, estrés y contaminación que a la final perjudica a todos.

Esperemos que este asunto se convierta en un asunto no solamente de la Alcaldía sino también de Estado, para que la organización y el eficiente servicio público llegue a todas las ciudades del Ecuador que lo necesiten aunque afortunadamente, con respecto a Quito, su nuevo alcalde, que ha sido elegido por mayoría, prometió solucionar a este problema que por el bien de todos, esperemos que de una buena vez, se haga realidad.

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