lunes, 22 de agosto de 2022

TURISMO GASTRONÓMICO

 


"Enamorarse es amar las coincidencias; amar es enamorarse de las diferencias". Jorge Bucay

Ecuador vive uno de los momentos más raros y tristes de su historia, con la delincuencia a niveles nunca vistos, el desempleo, la inseguridad y el pesimismo presente en los rostros de la mayoría de sus ciudadanos. Ante la inseguridad, particularmente, el clamor compresible de la gente que ha llegado a pedir que se vuelva a los años de balas e irrespeto a los derechos de las personas, creyendo que, eliminando gente o encarcelándolos, el país volverá por la senda del desarrollo. Pero yo, siempre que puedo, invito a reflexionar sobre ese pedido sugiriendo que solamente cumpliendo las leyes y la constitución, se puede dar el castigo que se merece a los delincuentes y se puede poner en orden el país.

Aún así, por otro lado, también invito a que reflexionen del porqué  muchos ecuatorianos son solicitados y son buenos trabajadores en otros países, y la respuesta es, claro está, en el TRABAJO DIGNO.

Es decir, el trabajo por el que reciben un salario digno, por el que son afiliados a la seguridad social, por el que tienen derecho a sus vacaciones, a una indemnización, a una segura jubilación, por el que se sienten productivos y realizados como personas, de tal manera que, no es solución tirar a matar, sino más bien, crear condiciones para fomentar el empleo, para crear un ambiente para la inversión y para la creación de empresas y microempresas.

Y luego de visitar algunos países y buscar un lugar donde comer, constato que muchos de ellos -los más turísticos y famosos- tienen poco que ofrecer en ese aspecto y de ese poco, muy caro. Es por ello, es que pienso en la falta de interés por parte de las autoridades en fomentar el empleo desde el turismo gastronómico, por ejemplo, ya que el Ecuador goza de una riquísima cultura culinaria, con platos laboriosamente preparados, pero muy sabrosos y únicos en el mundo, lo que generaría empleo de calidad y una deliciosa alternativa no solamente para los turistas extranjeros, sino también, para los nacionales. Pero parece que a nadie o a pocos les interesa, puesto que, por lo que se ve, toca preguntar donde hay un lugar seguro y cómodo en precios para comer, porque aventurarse puede significar algunos días en el hospital o con los bolsillos resentidos.

En mi experiencia personal, es triste constatar que en Londres, es famoso solamente el chips and fish; en Viena, el lomo de cerdo rebozado con una rodaja de limón, plato estrella que ofrecen los grandes restaurantes a precios prohibitivos; o, en el caso de Italia, las pizzas o la pasta. Lógicamente, ya entran dudas en cuanto a consumir algún tipo de carne porque en España, indudablemente, lo encontramos de gran calidad y a buenos precios, debido a que han sabido aprovechar esa tradición culinaria, llegando a ser mundialmente conocida por su gastronomía, potenciada con grandes y prestigiosos chefs que hacen que sea una de sus principales fuentes de ingreso y de creación de empleo.

Así mismo, está comprobado que normatizando y regulando el funcionamiento de los lugares de expendio de estos productos, es como se garantiza la calidad y la variedad, ya que fomenta la competitividad y la creatividad. La competencia desleal, con grandes franquicias y restaurantes lujosamente decorados, eleva los precios y permite que acudan solo privilegiados, mientras que, con asesoramiento y ayudas por parte del estado también para el pequeño empresario, permite que pueda ofrecer un producto no solamente sabroso, sino también en condiciones aceptables, con garantía sanitaria y, lo que es más importante, lograr un salario digno que le permita sentirse útil y no recurrir a la delincuencia para sobrevivir.

Esperemos que, esta lógica, pero indudablemente productiva sugerencia, sea tomada en cuenta, ya que para los expatriados, es desesperante recibir solamente noticias tristes de parte del Ecuador donde tenemos familiares y amigos.

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