viernes, 18 de septiembre de 2009

Homologar el título en España

Foto: El lector en El Retiro (Propiedad Isabel Collins)

El otro día ví en un simpático programa de televisión donde se entrevistan a españoles que residen en otros países, comentar asombrado a un ingeniero español que en Holanda, donde éste residía, los extranjeros profesionales ocupaban buenos cargos y ganaban varios miles de euros justamente por su titulación superior y que los holandeses ocupaban los cargos mas bajos, como camareros, cajeros, etc., al contrario que en España.
Para los extracomunitarios, es decir los que no pertenecemos a la Unión Europea, no nos pasa lo mismo, ya que para ejercer nuestra profesión tenemos que someternos a una prueba en conjunto, es decir debemos convalidar nuestros títulos, que a la opinión de las autoridades educativas, no nos equiparamos el nivel de estudios europeo. Mientras no se supere esa prueba, no podemos ejercer nuestra profesión y es así como muchos profesionales tienen que trabajar en lo que sea para subsistir y poder pagar el proceso de la convalidación que puede tardar algunos años.
En mi caso personal me salieron cuatro asignaturas que hasta ese momento correspondían a diez preguntas cada una, es decir cuarenta preguntas, pero casualmente, justo el año que debía dar mis primeras evaluaciones, estas cuatro asignaturas fueron subdividas en ocho y las preguntas subieron a veinte cada asignatura , lo que sumaban ya no las cuarenta preguntas, sino ciento sesenta -todo apegado a la ley, al parecer-. Pues bien lo que inicialmente lo hubiese superado en máximo un año, lo tuve que hacer en algunos años. Tengo compañeros que están ya mas de diez años intentando superarlo porque ahora lo tienen mas difícil, ya que no solamente tienen que rendir pruebas escritas sino tambien prácticas - todo esto tambien, al parecer, apegado a la ley-.
Pese a lo dificultoso del asunto, que dicho sea de paso, las preguntas son como para postgradistas, incluso para una asignatura me tomó estudiar siete veces un libro entero con sus puntos y sus comas, en parte estoy de acuerdo en estas evaluaciones, porque el Estado español, debe proteger las fuentes de empleo de sus ciudadanos y la sana competencia, lo que no estoy de acuerdo es en la forma que dificulta aún mas superarlo y si somos ya muchos los que queremos trabajar, simplemente ser sinceros y decir ya no los queremos, viendo mecanismos legales que no afecten los convenios y que ya no se siga alimentando los sueños y expectativas de aquellos que quieren ejercer su profesión en España. Muchos de ellos se sienten frustrados, porque se han arraigado en España, tienen sus hijos, sus parejas, les encanta España y sinembargo no pueden hacer lo que les gusta para lo cual se han preparado, desperdiciándose talvez buenos talentos que podían haber aportado mucho en su país y ahora en España.
Paradógicamente en mi país, Ecuador, la cosa no es igual. Llega todo el que quiere y sin ningún trámite puede ejercer su profesión.
No me parece bien, porque el Estado ha invertido con mucho dinero la educación universitaria de tantos jóvenes que hoy por hoy no pueden ejercer su profesión porque el trabajo escasea y para mas inri les ha salido una competencia desleal de vecinos de otros países que incluso me ha comentado algún colega, se atreven a fijar sus honorarios por encima del de los ecuatorianos.
Me parece bien que el que quiera triunfar en la vida, lo haga donde mejor le parezca, pero no es justo que si a muchos ecuatorianos nos han puesto obstáculos para poder trabajar en otros países, lleguen muchos a un país que le ha sorprendido el boom migratorio y se perjudique a tantos jóvenes que se han preparado y desean contribuir al desarrollo de su país, evitando talvez de esta manera, que muchos sigan arriesgando incluso hasta sus vidas para llegar a otros países, mas desarrollados.
Evidentemente hacen falta voluntad, sinceridad y reglas claras para que todos ganemos.

1 comentario:

Jorge Luis Pérez Armijos dijo...

Me he quedado encantado con esto ah.