jueves, 6 de abril de 2017

LOS MEDIOS DE COMUNICACION COMO PROTAGONISTAS

 Foto: Elvira Lindo. www.periodistadigital.com


 Foto: Lorenzo Milá. rtve.es


Foto: Paloma Ferré. Jacob Fitzgerald

“Un buen periodista no consigue las noticias, las hace importantes”. Jackie Cooper


En la reciente campaña electoral de los EEUU la prensa mundial y, particularmente, la española se hacía eco de un inusitado hecho a lo largo de toda la historia de la comunicación escrita de ese país: los medios de comunicación más prestigiosos decidieron tomar partido a favor de la candidata Hillary Clinton, al considerar que la democracia peligraba con Trump y que ellos, es decir, los medios de comunicación se sentían con el deber de alertar sobre aquello. Por lo mismo, incitaron a sus lectores a votar por la candidata demócrata. 

Hasta ese momento y durante siglos, su labor se había limitado a informar y opinar imparcial y objetivamente a los lectores, guiándolos para que luego sean los propios ciudadanos los que voten por la opción que mejor se acerque a sus intereses.

Todos sabemos lo que sucedió después. Trump venció y los medios, podríamos decir que quedaron en entredicho en su primer papel como actores políticos, al aparecer lógicamente como los perdedores de la contienda electoral.

En Ecuador estamos acostumbrados a ello. Es decir, a que los medios sean actores políticos y por lo mismo, al igual que en EEUU, les ha tocado perder algunas elecciones sin que hasta el momento, hayan hecho la mínima autocrítica peor, enderezar su proceder. Algún mensaje debe estar trasmitiéndoles la sociedad, considerando que el presidente Correa los ha señalado directamente como los verdaderos protagonistas políticos detrás del candidato o de la opción contraria.

Tengo entendido que los lectores deberíamos ser los verdaderos protagonistas de la comunicación y no los medios, ni los editorialistas, ni los periodistas. Los medios son meros instrumentos, mediante el cual, dan a conocer lo que acontece de forma objetiva, es decir contando la verdad y solamente la verdad de los hechos y luego, es el ciudadano-lector quien saca sus propias conclusiones. Es incómodo, por decir poco, que intenten disuadir al ciudadano como si éste fuera tonto o no tuviera inteligencia o la capacidad de discernimiento suficiente como para atraerlos a lo que ellos consideran su verdad, incitando sin ningún pudor a votar por el candidato de su preferencia. 

Y es una pena que aquello suceda, precisamente ahora que se tiene constancia que diariamente dejan de funcionar cientos de medios de comunicación alrededor del mundo debido a la irrupción del internet y de las redes sociales, lo que ha provocado, más bien, que los medios más responsables traten de mantenerse a flore a como dé lugar, incluso reinventando formas de contar noticias y dando protagonismo a los lectores.

Por poner un ejemplo, cuando llegué a España hace casi 20 años, nos llamó la atención una novedosa forma de hacerlo. “La 2 noticias” de Televisión Española, la presentaba un joven periodista -Lorenzo Milá- quien, para empezar, era bastante informal y cercano, puesto que no llevaba corbata ni traje como suelen hacerlo la mayoría de presentadores. Milá se presentaba como el amigo con el que te encuentras en el bar a tomar un café y que te iba contando lo que había sucedido durante el día de forma amena y nada complicada, recurriendo para ello a los novedosos recursos digitales que hacían de las noticias y, particularmente, de las culturales, las verdaderas protagonistas del noticiero. “La 2 noticias” y Milá recibieron muchos premios a lo largo de su emisión, hasta que el presentador lo dejó para irse de corresponsal a Washington. Actualmente lo llevan otros presentadores que intentan mantener la misma tónica que los llevó al éxito.

Más tarde, otra reportera, particularmente del canal autonómico TELEMADRID llamada Paloma Ferré, creó otra forma novedosa de presentar los reportajes de viaje. En este caso, serían los propios madrileños que residían en otro país, los que contaban, mientras mostraban lugares simbólicos, aspectos personales de su vida y su particular forma de ver el país en el que ahora residían. La persona que las entrevista casi no se la ve más que unos segundos al inicio del programa para contar desde donde se realiza el programa, pasando el testigo íntegramente al madrileño que vive en dicho país. El formato de "Madrileños por el mundo" ha sido copiado en otros países e, incluso Ecuador, tuvo su propia versión, aunque en la misma -como no podía ser de otra manera- el presentador prácticamente era la estrella del programa a tal punto que llegó a mostrar su propia vivienda en un país extranjero y creo que hasta terció como candidato a una elección.

Por último, he podido constatar un nuevo formato diríamos de entrevista, que ahora presenta el diario El País los días domingos, cuya entrevistadora -por lo que indica al inicio de la entrevista-, es la afamada escritora Elvira Lindo quien, prácticamente relata sin mostrar las preguntas realizadas, la vida y distintos aspectos en lo que se destaca el entrevistado. Algo muy saludable para el lector que, muchas de las veces, tiene que soportar el leer preguntas impertinentes o capciosas que, a la larga, poco ayudan a conocer y valorar al verdadero protagonista de la entrevista, es decir el entrevistado.

Me pregunto: ¿es posible hacer algo diferente en Ecuador, inclusive, algo original y no copiado, acorde a su cultura y a su particular forma de entender la vida, permitiendo, como decía, que sea el lector o televidente el verdadero protagonista del noticiero o del reportaje? La pregunta queda en el aire y no estaría malo soñar, que otro periodismo sí es posible en Ecuador.




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